Se cayeron las ramas
secas del árbol
y con ellas hicieron
fuego en Belén.
Y los pobres pastores
se calentaron
esperando al Mesías
que iba a nacer. Estribillo:
Y todos los pastores
llegaron a Belén
de miles de lugares
al ver el resplandor.
Y todos en las puertas
gritaban a la vez:
Venimos a adorarte,
Divino Redentor. Si los reyes no quieren
darte la palma
y llamarte Divino
Hijo de Dios,
te daremos nosotros
vidas y el alma,
adorando tu nombre
llenos de amor. Estribillo. Con tu llanto primero
tú nos dijiste
que viniste al mundo
para sufrir.
Si los reyes no dejan
de perseguirte,
lucharemos contigo
hasta morir. Estribillo. Venimos a adorarte,
Divino Redentor. |