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Anoche
mientras dormía
tus manos me acariciaban
y tú no estabas,
y tu no estabas.
Tus labios, igual que un niño,
entre los míos jugaban
y tú no estabas,
y tú no estabas.
La noche nos envolvía
entre las sábanas blancas
y tú no estabas,
y tú no estabas.
Los dos el amor vivimos
hasta llegar la mañana
y tú no estabas,
y tú no estabas.
Estribillo:
Y cuando me desperté,
con las luces del alba,
a mi lado te busqué
por ver si te encontraba,
y tú no estabas
y tú no estabas.
Anoche
subí contigo
al cielo por mi ventana
y tú no estabas,
y tú no estabas.
Tu cuerpo era una paloma
que sobre mí se posaba
y tú no estabas,
y tú no estabas.
Anoche yo te hice mía
porque te necesitaba
y tú no estabas,
y tú no estabas.
A mi lado te sentía,
dichosa y enamorada
y tú no estabas,
y tú no estabas.
Estribillo.
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