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No
te cortarás el pelo
hasta que me muera yo.
Sin tu pelo yo no entro
dentro de la habitación.
Porque estoy acostumbrao
a la mata de tu pelo,
y a enredarlo cada noche
con los ganchos de mis dedos.
No, no te lo cortes,
no, mientras yo viva,
que tu pelo forma
parte de mi vida.
Estribillo:
Tu pelo, ay, tu pelo,
es la seda y la almohada
y el embrujo de mis sueños.
Tu pelo, ay, tu pelo,
te lo hicieron con las alas
de los ángeles del cielo.
Por eso, mi vida, yo quiero,
mientras yo pueda mirarte
que no te cortes el pelo.
Yo
te ruego, vida mía,
si me muero antes que tú,
que tu pelo me lo pongan
sobre el pecho, con la cruz.
Que lo lleve entre mis manos
como el pescador sus redes
y lo pueda estar peinando
hasta el día que tu llegues.
Y te doy palabra
de morir contento
si me llevo algo,
algo de tu cuerpo.
Estribillo.
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