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Debí
de tropezar en otra roca,
no ser una veleta a tus antojos,
en vez de enamorarme de tu boca,
en vez de enamorarme de tus ojos.
Debí no hacerle caso a tus agravios,
reirme de tu amor sólo por eso.
Por tanto como mientes por tus labios,
por tanto como mientes con tus besos.
Estribillo:
Pero tenías que ser tú
con tus mentiras,
tenías que ser tú
que a nadie quieres.
Tenías que ser tú
que, cuando miras,
me clavas agujitas y alfileres.
Pero tenías que ser tú,
que siempre engañas.
Tenías que ser tú,
mi negro cielo,
tenías que ser tú,
que en las entrañas
me clavas el cuchillo de los celos.
Yo
pude enamorarme de otros rizos,
yo pude enamorarme nuevamente,
yo pude estar en manos de otro hechizo
que el alma me entregara eternamente.
Yo pude retirarme más a tiempo,
y rechazar la trampa que tendiste.
Yo pude enamorarme de otro sueño
sin reprochar el daño que me hiciste.
Estribillo,
2 veces.
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