Un
toro bravo salió
a no dejarse matar.
Y en mitá la plaza se paró.
Tenía casta de más
y no podía decir:
"A ver quién viene
y se pone frente a mí".
Con un capote
le llamaron la atención,
y el toro bravo
en las tablas derrotó.
No me toqueis
ese toro ninguno
gritó el matador.
Estribillo:
Nunca
se verá más arte
que aquella tarde se vio,
ni torero más torero,
ni más poder ni valor.
Juntos dejaron su sangre
aquella tarde sin vencedor.
Y a petición de la gente,
se perdonó, y el toro
con vida quedó.
Aquella
tarde jamás
podrá borrarse de mí.
Eso no se vuelve a repetir.
Las palmas de la afición
aquella tarde de abril
echaban humo
a la hora de aplaudir.
Justo en la raya
de la sombra con el sol,
sin enmendarse
veinte pases le pegó.
Miles de prendas
cayeron al ruedo
de tanta emoción.
Estribillo.
Juntos
dejaron su sangre
aquella tarde sin vencedor.
Y a petición de la gente,
se perdonó.
Que dejen el toro con vida
pidió la afición.
Y no se mató.
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