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Yo
no quiero ser espina de la vida.
Yo quisiera ser la rosa del amor.
Y la fuente donde muera la mentira,
y la llama de las luces del Señor.
Que todas las flores de la primavera
tuvieran envidia de la humanidad,
al ver que los hombres juntaban las almas
y todos unidos buscaban la paz.
Estribillo:
Oye mi plegaria,
Señor de los cielos,
Señor de los cielos.
Dame con tu mano
dame con tu mano
tu fiel bendición.
Porque sabes de firme
que yo te venero,
que yo te venero.
Y te pido, Dios mío,
y te pido, Dios mío,
amparo y perdón.
Una
nube fue la antorcha de los hombres.
¿Quien pudiera por las nubes caminar,
señalando los caminos como entonces,
y en el aire respirando la verdad?
Vivir suspirando, henchido de amores,
y ser como dijo la voz del Señor.
Borrar de la vida los malos rencores,
y ser solamente un nido de amor.
Estribillo.
Señor,
Señor. Señor, Señor.
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