El
tronío,
la guapeza, la solera,
y el embrujo
de la noche sevillana,
no lo cambio
por la gracia cortijera
y el trapío de mi jaca jerezana.
En su trono soy el rey de Andalucía,
con espuelas de diamantes en los pies.
Y luciendo por corona la alegría
y luciendo por corona la alegría
y el empaque del sobrero cordobés.
Estribillo:
Mi
jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por El Puerto
caminito de Jerez.
La quiero,
lo mismo que a la gitana
que me está dando tormento
por culpita del querer.
Mi jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por El Puerto
caminito de Jerez.
Son
sus patas
un repique de palillos
si en el campo
corre, trota y galopea.
Y sus crines
le relumbran con el brillo
de la estrella que en el cielo se cimbrea.
A su paso, con el polvo del sendero
galopando para mí forma un altar,
que ilumina el resplandor de los luceros
que ilumina el resplandor de los luceros
y que alfombra la emoción de mi cantar.
Estribillo.
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