Yo
me río de la vida
de su bien y de su mal,
que la vida no prohibe
ni reirse ni llorar.
Ella pasa cada día
y se marcha sin saber,
ni le importa quién la vive
al derecho o al revés.
Estribillo:
Pero yo me río,
me río, me río,
aunque tenga pena
me río.
Pero yo me río,
me río, me río.
De las cosas buenas
y malas me río.
El que no se rie no
vive
y reir alegra la vida.
Pero yo me río, me río
por aquél que nunca
se ría.
Estribillo.
Muchos piensan que
me río
porque vivo muy feliz.
Nadie sabe que me río
por aquello de reir.
A la vida le llamamos
perrerías sin razón;
y ella duda que tengamos
los humanos corazón.
Estribillo, cuatro
veces. |