Con
un acento castizo
que no se pué resistir,
con una risa en los labios
igual burla que promesa,
al munto entero embelesan
las mujeres de Madrid.
Si
por buen mozo
te vienes de tu tierra
a los Madriles a presumir
pidele a Dios
que te coja confesao,
porque soltero
nunca más sales de aquí.
Madrileña
preciosa,
cuando rondan por tu calle
estudiantes de Madrid,
madrileña graciosa,
una copla se hace rosa
ofreciéndotela a ti.
Madrileña chiquita,
yo te siento por mi sangre
con tu mérito sin fin.
Eres tú tan bonita
porque a Dios le dio la gana
de que tú fueras así.
Madrileña
chiquita,
yo te siento por mi sangre
con tu mérito sin fin.
Eres tú tan bonita
porque a Dios le dio la gana
de que tú fueras así.
Madrileña
preciosa
de mi Madrid.
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