Los
mayorales.
Dejad que pasen los mayorales
y descansen los caballos
a la sombra del parral.
De los pilares.
Cambiad el agua de los pilares,
que parezca que se bebe
en el rocío de un rosal.
Tras el derribo
están sedientos y jadeantes
los animales.
Y se merecen
beber el agua más transparente
que los cristales.
Mi
caballo me salvó
de la corriente del agua.
Mi caballo me salvó.
Oyó mi grito de auxilio
y a la corriente se echó
y me sacó del peligro.
Con
los caballos.
Tened cuidado con los caballos.
No maltraten a ninguno
donde yo lo pueda ver.
Que son lo mismo,
que son lo mismo que los humanos.
Y mejores muchas veces
a la hora de querer.
Y si tuvieran...
y si tuvieran el don divino de la palabra,
enseñarían...
enseñarían a mucha gente
cómo es el alma.
Porque
no saben hablar,
no maltrateis los caballos.
Porque no saben hablar,
que enseñan a los humanos
a quererse de verdad
y a convivir como hermanos.
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