En los pueblos de mi
Andalucía,
los campanilleros por la madrugá
me despiertan con sus campanillas
y con sus guitarras me hacen llorar.
En los pueblos de mi Andalucía,
los campanilleros por la madrugá
me despiertan con sus campanillas
y con sus guitarras me hacen llorar.
Y empiezo a cantar.
Y al oirme, tos los pajarillos
cantan en las ramas y echan a volar.
Pajarillos que estais
en el campo
gozando el amor y la libertad,
recordadle a la niña que quiero
que salga a su reja por la madrugá,
que mi corazón
se lo entrego al momento que llegue,
cantando las penas que he pasao yo.
A la
puerta de un rico avariento
llegó Jesucristo y limosna pidió.
Pero en vez de darle la limosna,
los perros que había se los azuzó.
Pero quiso Dios
que al momento los perros murieran
y el rico avariento pobre se quedó. |