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Dijo
una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús, el Nazareno?
Oh,
la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la Agonía,
y es la fe de mis mayores.
Estribillo, 2
veces:
Oh, no eres tú mi cantar.
No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en la mar.
Oh, no eres tú mi cantar.
Estribillo. |
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