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Con
una corona de coplas y flores,
cruzando los mares me fui a tierra extraña.
Y al ver mi persona gritaban un ole,
que alegre y contento volaba hacia España.
Mis coplas hablaron de Ronda y Sevilla,
del rumbo y el ángel que había en los madriles.
Les dije el empaque que tiene Castilla.
Pasión, luz y flores, peineta y jazmines.
Que España es la misma sonrisa de Dios,
y el que no la quiera no tiene perdón.
Estribillo:
España de mis amores,
la tierra que me dio vida.
Dirán siempre mis canciones:
España, madre querida.
Al volver desde tan lejos
yo gritaba de emoción:
Para siempre viva España
dentro de mi corazón.
España, sobre los mares
yo te canto noche y día,
que tú eres quita pesares,
España, España del alma mía.
Desde
los perules hasta la Argentina,
yo puse banderas cantándole a España.
Y fue entre mis manos una rosa fina.
Canté la divina por tierras extrañas.
La jota valiente y el triste zortzico
llevé por los pueblos de lengua española.
Cruzando los montes, cañadas y riscos,
la copla de España fue mi embajadora.
Que sólo su nombre ya infunde valor,
y es risa y requiebro de mi corazón.
Estribillo. |
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