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Vengo
vendiendo mis flores:
Nardos, claveles, azucenas,
pa las rubias y trigueñas,
pa las blancas y morenas.
Pa las blancas y morenas.
A una chiquilla orgullosa,
vanidosa y presumía,
al verla tan caprichosa
le regalé
un ramo un día.
Le regalé un ramo un día.
Yo no sé lo que tendría
aquella rosa de olor,
que desde aquel mismo día
la niña se enamoró.
La niña se enamoró
del hombre que no quería,
del hombre que no
quería.
Estribillo:
Ay
florero, ay florero,
dame un ramo de tu flor,
pa que mi novia me quiera
igual que la quiero yo.
Ay florero, ay florero,
dame un ramo de tu flor.
Ay florero, ay florero,
que padezco del mal de amor.
Que padezco del mal de amor.
El misterio de las flores
nadie lo pué descrifrar
Es una cosa, señores,
muy difícil de olviar.
Muy difícil de olviar.
Estribillo. |
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