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Amarraíta
a la orilla,
dándole besos al río,
está cautiva la barca
y el barquero se ha dormío.
Anda, vete y no lo llames,
que no te contestará,
que fue a la fiesta del pueblo
y vino esta madrugá.
Que está enamorao
el pobre barquero,
y se ha emborrachao
diciendo "la quiero".
La pena es que ella
no le quiere a él,
y desesperao,
desesperaíto, le ha dado por beber.
Ya al barquero en su barquita
se le ve cruzando el río,
y a la hora que lo llames
no lo encontrarás dormío.
La que tanto camelaba
con otro se va a casar.
Por eso, desengañao,
va diciendo en un cantar:
Mi novia es mi barca
y en ella confío.
Mi novia es mi barca,
mi vida es el río.
Mi barca bonita,
que viene y que va
y me da consuelo
y me da consuelo y felicidad.
Estribillo.
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