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Fue
en una tarde de primavera,
bajo el castizo sol de Madrid.
Pasó garbosa junto a mi vera.
Le dije chula y me perdí.
Me fui tras ella porque algo nuevo
había brotado dentro de mí.
Y al repetirle de nuevo chula
volvió la cara pa sonreir.
Estribillo:
Cuando cimbreas tu talle,
paseando por las calles
del barrio de Chamberí,
se me escapa de la boca
con algo que me disloca,
cuando estás cerca de mí.
Se escapa de todos lados,
ardientes y apasionados
cuando pasas por ahí.
Y yo te digo mi chula,
rechula y requetechula,
chulapona de Madrid.
Bendito
el día, madrileñita,
en que una tarde te conocí.
Tú me enseñaste entre sonrisas
lo más bonito de tu Madrid.
Chula y castiza, con tu salero
me has conquistado siempre pa tí.
Y desde entonces, dichoso espero
marchar al cielo de este Madrid.
Estribillo.
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