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Dicen que el que bebe
vino
se echa un amigo traidor.
Si a mí me alegra la vida,
¿por qué pensar en traición?
Ahora que estoy entre amigos
me siento mucho mejor.
Hasta podría contaros
alguna historia de amor.
Pero brindemos primero,
por algo, no importa qué.
La noche es bastante larga
y se empieza por beber.
Estribillo:
Brindo por un querer
que no pudo ser.
Brindo yo también.
Brindo y no sé por qué,
si yo fracasé.
Brindo yo también.
Brindo porque otra vez
yo vuelvo a querer.
Brindo yo también.
Brindo por tí, mujer:
yo sí que te amé.
Amigos
míos, brindemos,
brindemos por la amistad.
Brindemos por tantas cosas
que me gusta recordar.
La vida no se merece
favores que que me robó.
¿Por qué he de darle a la vida
lo que ella a mí me quitó?
Y si bebiendo me olvido,
dejadme que beba más.
Bebiendo me siento bueno
y confío en los demás.
Estribillo.
Brindo, brindo, brindo por el amor.
Brindo, brindo, brindo
por el amor.
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